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Icoval pide ayudas y alerta que los albergues habilitados no admiten perros

El Colegio de Alicante (Icoval) ha remitido sendas cartas al Ministerio de Agricultura, a la Dirección General de los Derechos de los Animales del Gobierno y a la propia Conselleria de Agricultura advirtiéndoles de los primeros conflictos en la gestión de los animales llegados con los refugiados ucranianos. En primera instancia, la corporación alicantina solicita “un plan de ayuda” con el que cubrir, al menos, los “tratamientos veterinarios crónicos, o de urgencia que sean necesarios realizar por el bienestar de estos animales”. En segundo lugar,  alerta a las autoridades que los albergues y hoteles habilitados para acoger a las familias de refugiados no admiten en muchos casos mascotas, por lo que se hace necesario encontrar ubicaciones temporales donde acogerlos. Entre tales alternativas, denuncia que los centros veterinarios -como ya se han dado casos- “no son albergues de animales”.

El Gobierno decidió la apertura en Alicante de uno de los tres centros de acogida, junto al de Madrid y el de Barcelona, debido a que alberga una de las principales colonias de ucranianos en España, sobre todo en torno a Torrevieja, Altea y la propia  capital. Cerca de 2.000 desplazados procedentes de Ucrania, sobre todo mujeres y niñas y niños, han sido atendidos por Cruz Roja de Alicante tras un mes desde la invasión.

“De momento los problemas generados son pocos pero, dado el volumen de mascotas que se espera, necesitamos soluciones: los refugiados vienen con lo puesto por lo que no podrán asumir ningún gasto clínico”, señala el presidente de Icoval, Gonzalo Moreno. 

El responsable, el SVO
A este respecto, en la respuesta recibida por la Conselleria de Agricultura, se matiza que tanto el “alojamiento de estos animales como dónde deben realizar la cuarentena o aislamiento domiciliario es una cuestión del SVO”. Y aclaran que, en caso de una muerte de un animal sospechoso de rabia, “también es el SVO quien debe hacerse cargo. Si la muerte se produce sin síntomas, se tratará como una muerte habitual y es el propietario quién debe decidir qué hacer”.