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Mariola Penadés: “Mi familia dice que soy científica de profesión y ‘aprendívora’ por devoción”

  • Entrevista con la veterinaria y nueva directora general de Investigación e Innovación

Mariola Penadés se licenció en Veterinaria y se doctoró en Ciencias de la Salud. Pero aquello no era suficiente para una ‘aprendívora’ como ella porque esta científica e investigadora de profesión, y docente y divulgadora por vocación, sentía la necesidad de conocer los entresijos del funcionamiento del cerebro humano, de ahí que cursara hasta tres másteres en Psicobiología y Neurociencia. Antes de aceptar el cargo de directora general de Investigación e Innovación de la Conselleria de Sanitat, el pasado mes de septiembre, ejercía como docente en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Cardenal Herrera, como investigadora de FISABIO y como instructora de Neurociencia en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EEUU). Además, siempre ha estado íntimamente ligada con voluntariado de distinta índole.

P.- No se le conoce trayectoria política alguna, ¿por qué se ha incorporado ahora a este cargo?

- Efectivamente, nunca he estado vinculada con la política. Decidí aceptar este puesto cuando me lo ofrecieron porque comprobé que se estaba conformado un equipo muy técnico. Los directores y directoras generales con los que trabajo tienen perfiles similares al mío, es decir, estaban ejerciendo las competencias profesionales del campo que ahora dirigen hasta el momento de haberse incorporado a este nuevo puesto. Y eso tiene ventajas.

P.- ¿Cómo vivió su nombramiento?

- Como una responsabilidad ilusionante. Estar al frente de esta dirección es una oportunidad de aportar al sector de la investigación desde otro rol. Es un nuevo lugar en el que aprender y en el que ser de utilidad, dos elementos que son motores de acción y decisión para quienes nos apasiona la ciencia. Espero poder cumplirlos desde aquí e impulsar la investigación y la innovación como agentes nucleares para la mejora de la sanidad. Llevo un lema propio a todas partes: “En salud, la esperanza tiene un nombre: investigación”. Merece toda mi entrega.

P- Y de Veterinaria a tres másteres en el campo de la Psicobiología y Neurociencia Cognitiva. ¿Qué le atrajo de este campo? Hay, de hecho, muchos veterinarios que hoy se forman en algunos principios básicos de esta materia…

- Soy consciente de que mi trayectoria profesional es atípica. Siempre me he enfocado dentro del campo biosanitario, pero dentro de él he transitado desde la Veterinaria a la Neurociencia. Mi familia dice que soy científica de profesión y ‘aprendívora’ por devoción, porque nunca dejo de incorporar estudios y experiencias. En el caso de la Neurociencia, el comportamiento de muchas especies animales me ha llevado a hacerme muchas preguntas sobre nuestras propias conductas, y he sentido avidez por aprender cuáles son los hilos invisibles que la mueven. Es un campo apasionante al que he volcado mi carrera desde hace ya unos años, sin perjuicio de que he mantenido mi vinculación con la docencia en la Facultad de Veterinaria. No me extraña que haya muchas personas formándose en este campo, al fin y al cabo, todos somos “usuarios” de un cerebro, y acercarse a comprenderlo mejor es muy útil para nuestra vida cotidiana y una bonita vía de autoconocimiento.

P- ¿Echa de menos su labor investigadora y docente veterinaria?

- Absolutamente. Siempre me he sentido una privilegiada por ser docente, para mí es una labor sagrada. Ser consciente de que tienes delante un grupo de personas que te están brindando su presencia, su atención es algo muy preciado y que hay que cuidar mucho. Es un maravilloso espacio de enriquecimiento mutuo. La forma en la que te relacionas con los estudiantes y les descubres el mundo que conoces, literalmente, genera cambios internos en sus cerebros… cambios bioquímicos, funcionales, nuevas sinapsis. La verdad es que, si cuando estamos dando clase pudiéramos ver a tiempo real todo lo que está sucediendo en la mente de nuestros alumnos, creo que no le haría falta ninguna publicidad a la labor docente, porque todos veríamos el enorme impacto que tiene. También es una manera de mantenerme renovada, de tener estímulos nuevos, otras perspectivas, preguntas desafiantes que estimulan mi aprendizaje y evolución.

P.- También es reconocida por su faceta como divulgadora científica en múltiples formatos. En internet hay vídeos suyos divulgando a través de conferencias, teatro, talleres y monólogos científicos...

- Estoy convencida de que la ciencia es por y para todos. Hay que conocerla para conocernos. Y hay que contarla para que cuente. Es verdad que a veces no es fácil sacar tiempo para desarrollar estas acciones, pero considero que es un deber moral hacerlo. Investigamos con fondos públicos, con dinero de toda la ciudadanía, y es importante revertir a ella el conocimiento que se obtiene. No se puede poner en valor lo que no se conoce. Por eso, no podemos esperar que la gente valore lo que hacemos en ciencia si no lo explicamos, ni que se potencien las vocaciones, ni que se rompan ciertos estereotipos sobre los científicos. Con la divulgación se aprende y te diviertes mucho.

P.- Ser científica es una carrera exigente, y el alto cargo que ahora ocupa también. ¿Cómo logra compaginar su trabajo con sus aficiones?

- Es cierto que ser científica es tan vocacional y le ponemos tanta pasión que no sólo es un trabajo, sino casi una forma de vida. Por eso muchas personas piensan que los científicos y científicas nos dedicamos día y noche sólo a ello, sin tiempo para nada más. Pero si algo he podido descubrir es que la ciencia es creativa y dinámica, admite que integres en ella la pluralidad de talentos y hobbies que puedas tener. En mi caso, he encontrado la forma de conciliarla con las artes, el deporte, la música, la naturaleza, los idiomas, los voluntariados, viajar… Cultivar todo ello ha enriquecido mi labor como científica, porque ha mantenido mi mente abierta y despierta, y esa agilidad creativa luego se traslada a la forma de trabajar en el laboratorio. Estoy convencida de que gracias a todas esas facetas personales soy mejor científica. Y gracias a la ciencia, fuera del laboratorio, soy mejor persona.

P.- Usted personifica el polifacético carácter que se dice que tiene el veterinario. ¿Cree necesario impulsar el enfoque One health en la investigación sanitaria?

- Por supuesto. Creo que tenemos mucho que aportar en la administración desde ese enfoque One health, porque nuestra formación nos permite tener una percepción muy amplia y multidisciplinar sobre temas muy importantes en sanidad. Por ejemplo: la prevención y gestión de enfermedades zoonóticas y emergentes, la seguridad alimentaria, la vigilancia epidemiológica, la investigación basada en el estudio comparativo de otras especies para beneficiar a la medicina humana, o la resistencia a antibióticos, que es una situación por resolver de manera importante y urgente en el panorama sanitario global.