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“No hay veterinario al que no le afecte el cierre de granjas o la falta de relevo”

  • Pedro A. Andrés es jefe de Servicio de Producción y Sanidad Animal

Es uno de los veteranos más queridos del Colegio de Castellón (COVCS). De padre y esposa veterinarios, no lo dice pero debe estar contando los días para alcanzar la jubilación. Pedro Antonio Andrés Beltrán, ya con la plaza ganada, alternó durante un lustro el trabajo a pie de campo como veterinario de saneamiento con el de jefe de Servicio de Producción y Sanidad Animal en el que se ha mantenido las últimas casi tres décadas. En sus comienzos, vivió la transición entre el cuerpo de veterinarios titulares y la reestructuración del servicio que a partir de 1988 se dio. Es divertido por momentos y siempre sincero, agradable, directo, se le
entiende.

P.- En sus inicios hizo sustituciones en el cuerpo de veterinarios titulares. ¿Cree que los municipios podrían volver a contratar veterinarios?
- Si los ayuntamientos reflexionaran no sólo podrían, es que deberían contratar veterinarios y tenerlos en plantilla. Y no sólo por los animales de compañía,sino por su trabajo en sanidad ambiental, salud pública. Lo veremos este verano en primera plana de los periódicos con el control de mosquitos, moscas, garrapatas, etc.. qué mejor que estar asesorados por un veterinario.

P.- Se incorpora a Agricultura coincidiendo con la aplicación del decreto 30/1988 por el que se reestructuraron los servicios veterinarios. ¿Cree que tiene sentido mantener esa fragmentación en la era del One health?
- En ningún caso. Sin embargo no será la administración quien lo arregle, tendremos que ser nosotros. Debemos mirar a otras autonomías, no hay que inventar cosas, debemos tomar ejemplo de lo que funciona. Esta fragmentación no es buena para la veterinaria.

P.- Ha conocido muchas campañas de saneamiento, ¿la lucha contra qué enfermedad le impactó más?
- La respuesta es fácil, la de la Peste Porcina Africana. Fue mi comienzo, la última que ejecutó el ministerio directamente y la que demostró que las enfermedades podían erradicarse. Fue la que entendió que sólo con la colaboración de todos los afectados, el final era posible. Con ella se formaron las ADS en porcino y fue la semilla para el resto de sectores. Todavía conservo el fax de la Comisión felicitando a España.

P.- La actitud del ganadero en esas campañas, ¿entiende hoy mejor la labor del veterinario?
- La comprensión va ligada a la información. En este aspecto fallamos por no saber explicar o porque las campañas en muchas ocasiones superan la vertiente técnica y esa está fuera de la responsabilidad del veterinario. Durante la campaña el veterinario tiene difícil, durante su labor de campo, dar las explicaciones que el ganadero necesita. Son otros los que deben hacerlo y aquí es importante la función del veterinario libre, figura que en las últimas campañas la Administración ha olvidado o me atrevería a decir, ha denostado.

P.- ¿Qué cree que puede aportar la figura del veterinario de explotación?
- Será un paso importante si sabemos aprovecharlo, pero puede convertirse en un bumerán contra nosotros. La OCV debe sentarse y concretar qué es lo que queremos. En esta figura aparecen desafíos que debemos estar dispuestos a asumir y hay que abordarlos. Todavía estamos a tiempo, con las últimas protestas agrarias, es uno de los puntos que se ha retrasado a 2025.

P- Los estudios sobre burn out, estrés… que interrelacionan esos problemas emocionales con la precariedad laboral se suceden en el sector clínico, ¿cree que hay también mucho de ello entre los veterinarios de animales de abasto?
- Por supuesto. Los problemas son iguales, aunque no lo parezcan. Todo está ligado al vínculo de las personas con los animales –caso de animales de compañía— o de un proyecto de vida –caso de los de abasto--. Ambas cuestiones son positivas pero elevan el grado de exigencia al veterinario y lo expone a mayores conflictos morales. La situación del sector primario en general y del ganadero en particular la hemos estado viendo estos días en la calle. No hay veterinario de campo al que no le afecte el cierre de explotaciones o la falta de relevo generacional. Además, estos cierres no son inmediatos, detrás hay un drama conocido por el veterinario al que no puede ser indiferente.

P- ¿Cómo valora la dirección que han tomado las últimas leyes de bienestar de animales domésticos?
-Alguien dijo que las leyes debían de ser cortas y cumplibles. Pues en ninguna de las dos es así. No tienen dirección, son un despropósito, cada una va por un lado. Conozco un poco más el nacimiento de la autonómica, 4 años de contactos para no hacer caso a nadie y publicarla aprisa y corriendo para que sea anterior a la estatal.