En las últimas décadas, el aumento de los casos de enfermedades tropicales transmitidas por vectores, como el dengue, la malaria y el chikungunya, han elevado la preocupación por que este tipo de patologías se extiendan por Europa. Los factores climáticos afectan directamente a la expansión y distribución de los insectos que transmiten patógenos, ya que su ciclo de vida y supervivencia están ligados a la temperatura y a la humedad.