La lluvia, el calor y las plagas de conejos y jabalíes favorecen la proliferación de, cuyo ciclo vital se activa en primavera, y pueden transmitir graves patologías. «Últimamente cada vez que salgo al campo por Castellón, me encuentro una garrapata prendida en la ropa», explica una senderista a Mediterráneo.
El veterinario castellonense del Hospital del Mar, Pedro Antonio González, explica que las garrapatas necesitan humedad y buen tiempo. "Este año ha sido muy lluvioso, con lo que hay más hierba, materia orgánica que viene bien a las garrapatas para esconderse y ellas con el calor crecer y extenderse. Cuando pasa un perro o propietario puede recogerlas. Además, en esta época biológicamente se activan", manifiesta. Además, «esta demostrado de los animales silvestres son una vía de vehiculización de parásitos externos (garrapatas, pulgas o ácaros de la sarna). Así, el hecho de que haya más conejos por ejemplo, o más jabalíes viene a incrementar el problema».
Este experto advierte que son un vehículo de enfermedades infecciosas que pueden afectar a perros, gatos y personas.