Durante las concentraciones, que han tenido lugar en diferentes capitales de provincia de toda España, se ha leído un manifiesto conjunto en el que se exponen las consecuencias reales de esta normativa. Se denuncia que dificulta la atención inmediata a los animales, genera sobrantes peligrosos y fomenta la automedicación. Asimismo, obliga a seguir tratamientos desactualizados e inadecuados, impide a los veterinarios suministrar medicamentos en sus clínicas y penaliza la prevención con un IVA del 21%. Además, los errores administrativos pueden acarrear importantes sanciones.
Presvet ha encendido la indignación de los veterinarios, quienes, desde principios de año, han protagonizado una serie de protestas en rechazo a la situación. Las movilizaciones han sido multitudinarias, con manifestaciones frente al Ministerio de Agricultura, concentraciones en Delegaciones de Gobierno y protestas incluso a las puertas del Congreso de los Diputados en mayo.