Desde principios de verano, numerosas zonas de España ya habían notado un significativo aumento de las poblaciones de mosca negra, un insecto que produce una fuerte picadura y que suele habitar en medios acuáticos (ríos o embalses, sobre todo). Sin embargo, la ola de calor que acaba de sufrir España puede agravar la situación e intensificar aún más la presencia de mosca negra.