Cuando el pasado 6 de agosto el pleno del Consell aprobó el proyecto de Ley de Protección, Bienestar y Tenencia Responsable de los Animales de Compañía, el texto no fue publicado. Semanas después, tras acceder por fin al mismo, se comprobó que, como en el último anteproyecto y pese a las alegaciones presentadas, en el proyecto ahora sancionado por la Generalitat no se define qué animales domésticos deben de ser objeto de identificación obligatoria. En lugar de hacer tal cosa, el proyecto -en su art. 10.2- se limita a decir que serán sólo aquellas “especies de animales que se determine reglamentariamente”. Y mientras tal cosa sucede, hasta que tales desarrollos regulatorios se den (o no), se incluye una disposición transitoria que aclara que “continuarán vigentes las normas de desarrollo reglamentario de la Ley 4/1994, de 8 de julio”, que es la norma marco a la que se va a reemplazar con ésta y que queda derogada (parcialmente).
Es decir, la futura regulación pasa por encima, porque no lo contempla, de un aspecto -el de la identificación obligatoria de los animales domésticos- que ella misma, en su preámbulo, considera como uno de “los pilares fundamentales para la lucha contra el abandono”. Aspecto éste -el de la lucha contra el abandono que, paradójicamente, se recoge y desde la Conselleria de Agricutlura se ha reiterado, que es una de las ‘piedras angulares’, junto a reducir el maltrato y al propio bienestar animal de esta norma.
Ampliar a gatos y hurones
“La Ley es vanguardista y revolucionaria en muchos aspectos. Recoge la sensibilidad social que hoy existe en torno a los animales domésticos pero no ha sido capaz de abordar un aspecto fundamental para luchar contra el abandono, como lo era ampliar la identificación obligatoria actual -de perros y équidos- a gatos y hurones, como veníamos reclamando insistentemente”, señala la presidenta del Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV), Inmaculada Ibor. Este modo de proceder de la Generalitat contrasta con el de la práctica totalidad de regiones españolas que, a la hora de regular la convivencia con los animales de compañía, sí han recogido el mandato sobre qué especies deben de ser identificadas.
Siete autonomías ya lo han aprobado
Madrid, Cataluña, Murcia, Rioja, Navarra y Castilla La Mancha, las que de forma más reciente han promulgado legislaciones análogas a ésta, o los dos países vecinos de España -Francia y Portugal- ya obligan a identificar también, más allá de a los perros y a los équidos, a gatos y hurones. Andalucía, Asturias y La Rioja, por su parte, se limitan a exigir identificar a perros y gatos.
Es más -tal y como se defiende desde el CVCV- resulta crucial para la salud pública ampliar la identificación obligatoria para gatos y hurones para así cumplir con la normativa europea. Efectivamente, en el Reglamento (CE) no 998/2003 se aclara (Anexo III) que la fecha de administración de la vacuna antirrábica no puede preceder a la fecha de aplicación del transponder de identificación. En tanto en la Comunitat Valenciana es obligado inmunizar contra este virus a perros, gatos y hurones, también debiera serlo indentificarlos.
Huelga decir, por otro lado, que ampliar el microchip a los felinos y hurones, permitiría, igualmente, un mayor control de cara a futuras pandemias en las que estos animales pudieran ejercer como huésped o transmisor de la enfermedad.
Ronda de contactos
Ya durante enero y febrero, los tres presidentes colegiales llevaron a cabo una ronda de contactos con representantes de los diferentes grupos políticos con presencia en Les Corts para tratar de mejorar el anteproyecto de Ley entonces redactado. “Si antes ya estaba en la agenda el mantener estas reuniones para así tratar de que se recogiese en alguna enmienda durante su tramitación parlamentaria nuestra principal reivindicación para esta norma -que era y es extender la identificación obligatoria a los gatos y hurones-, ahora lo estará con mayor motivo porque la Comunitat no merece quedarse atrás con respecto a la mayor parte de legislaciones autonómicas”, remarca Ibor.
