Si bien el consentimiento informado es un acto verbal básico, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) recomienda redactarlo por escrito cuando el tratamiento o prueba comporte riesgos para la salud del animal. En este sentido, debería utilizarse en cirugías, todo procedimiento que contemple sedación o anestesia, hospitalizaciones y aplicación de tratamientos que pueda suponer riesgo efectivo para la vida del animal. Y, además, antes de realizar una eutanasia o una necropsia del animal.