El 10 de marzo, la Dirección General de Sanidad de la Producción Agraria del Ministerio de Agricultura trasladó a la Organziación Colegial Veterinaria (OCV) su preocupación por la entrada irregular de animales de compañía procedentes de Ucrania. “Como continuación del correo anterior, la Comisión Europea nos ha informado, y ya hemos detectado en España, animales que no han pasado los controles y recibidos los permiso de entrada en las fronteras de la UE, así como movimientos irregulares de partidas de perros y gatos que protectoras españolas están trayendo de forma irregular desde protectoras de países de la UE próximas a la frontera con Ucrania”.
De ahí que las autoridades instasen a los colegios a la difusión del protocolo aprobado del ministerio el día anterior entre todos los profesionales y “se les alerte que si detectan cualquier animal llegado a España en cualquiera de estos supuestos, se pongan inmediatamente en contacto con los Servicios Veterinarios Oficiales de las Comunidades Autónomas, ante el elevado riesgo que suponen estos tipos de movimientos de animales no autorizados”.
Melilla, Ucrania y Cataluña
En el citado protocolo del ministerio se reconoce que “el riesgo principal” para nuestro país “ha sido y sigue siendo” en la actualidad el norte de África, que es un territorio fuertemente endémico y fuente frecuente de casos importados en las ciudades autónomas. El brote actual de Melilla (ver pág 6) es, según este documento- “se ha tornado endémico y de difícil control y erradicación, lo que ha hecho aumentar el nivel de riesgo para todo el resto del territorio nacional”.
El siguiente nivel de riesgo, “aunque considerablemente menor” -se dice en el protocolo- deriva de la importación ilegal de perros de raza procedentes de países del este de Europa. Con la situación actual en Ucrania, “el riesgo procedente de esta zona se incrementa de forma notable”, advierten ahora. Más aún, esta vez según se viene considerando desde los colegios de veterinarios, cuando uno de los puntos de entrada fundamentales de refugiados con sus mascotas es Cataluña, una de las dos regiones españolas (junto al País Vasco) donde la vacuna contra la rabia no es obligatoria.
Ucrania sigue siendo el único país de Europa donde la rabia está muy extendida entre animales y personas. Anualmente hay unos 1.600 casos de rabia en animales en este país.