Entre finales de 2017 y principios de 2018 podría decirse que estaba ya ‘todo hecho’. Solo quedaba reflejar en el DOGV la reforma del reglamento de 2015 acordada con las autoridades y aceptada por los peñistas para incluir la presencia obligada del veterinario en los bous al carrer. Que aquella regulación por la que tanto lucharon los colegios cayera en el olvido no puede ocultar el papel que estos profesionales han tenido y siguen teniendo en muchos de estos festejos, fundamentalmente en la provincia de Castellón, particularmente en la Vall d’Uixò, de manera más testimonial en la provincia de Valencia y, eso sí, casi siempre vinculado a la participación de toros cerriles que tras el festejo van a sacrificio. En tal circunstancia, el veterinario sí tiene un cierto amparo legal como habilitado (por la Administración) para revisar y firmar los certificados sanitarios de traslado de estos animales pero ¿hasta dónde puede llegar su actuación?.
Éste fue el debate central que puso sobre la mesa el Colegio de Castellón (COVCS) durante la celebración de sus IV Jornadas Taurinas, celebradas entre el 5 y el 7 de mayo.
La cobertura legal
El propio presidente de este colegio, Luis Miguel Gargallo, se encargó de introducir la materia. Gargallo recordó que la figura del habilitado viene “mínimamente” recogida en la Ley 6/2003 de Ganadería de la CV y ya entre sus escuetas funciones se hablaba de la “expedición de certificados de acompañamiento de los animales” para asegurar su trazabilidad. Incluso en el más reciente decreto 58/2023 del Consell por el que se regulan los procedimientos de registro, identificación y movimiento de los animales de las explotaciones ganaderas también se recoge esta figura, tanto para festejos con sacrificio como sin él.
Las limitaciones de horarios de las oficinas comarcales (Ocapas) -sabiendo que los bous muchas veces se celebran en fin de semana- han acabado por ser la causa principal para que ayuntamientos y/o peñistas acaben por llamar a un veterinario habilitado para cumplir tal trámite. “Las Ocapas han hecho también una gran labor de concienciación y lo cierto es que cuando nos llaman por primera vez para controlar las guías (de explotación a festejo y de allí al matadero) suelen repetir en años posteriores”, matizó a ese respecto María Jesús Gamón durante el debate celebrado acto seguido.
Pero, una vez revisada tal documentación, ¿cuál debería ser el papel de estos profesionales?. Paula Martínez Ros, otra veterinaria con mucha experiencia de este tipo, advirtió en este sentido que “la guía es la puerta de entrada del veterinario al festejo” pero, una vez dentro, se mostró partidaria de que “nos vean como una ayuda para asesorarles en otras cuestiones, como el alojamiento del animal, sobre su bienestar y en general para ir participando más en la toma de decisiones”. Con todo, Martínez Ros dejó claro que las llamadas a los veterinarios por parte de las peñas se producen muchas veces “a golpe de denuncias por maltrato”.
Fue el caso -según se expuso en el debate- de la reciente muerte de un toro en un festejo de bou en corda en Ontinyent que, tras despeñarse accidentalmente, tuvo que ser sacrificado por las lesiones causadas. La presión de los animalistas y la investigación abierta por las autoridades forzó a los organizadores a llamar a un veterinario para que tomara la decisión final.
Encastes y suertes del toreo
Antes de esta mesa redonda, las jornadas contaron con la intervención de Adolfo Rodríguez Montesinos, experto taurino que ya había participado en anteriores ediciones y que en esta ocasión disertó sobre ‘El encaste de Vega Villar: línea galache y línea cobaleda’. También hubo oportunidad para escuchar una ponencia de otro ‘ilustre’, José Luis Ramón, sobre ‘Las suertes del toreo’ y sobre la actuación del ‘Veterinario de servicio en los festejos taurinos’, ésta a cargo del veterinario Antonio Arias. Honorio Carceller, otro facultativo de gran experiencia en este mundo, reflexionó sobre cómo el manejo y la alimentación de los toros de lidia en la dehesa afectan a su desarrollo.
Pie de foto 1 y 2: Arriba, María Jesús Gamón, Jordi Bono (COVCS), Paula Martínez Ros y Luis Miguel Gargallo durante el debate sobre el papel del veterinario habilitado en los bous. Abajo, un momento de la visita al Museo Taurino de Borriana, que se abrió expresamente para los alumnos de las IV Jornadas Taurinas de COVCS.